Subir el monte Fuji, ¡toda una experiencia!

Con sus 3.776,24 metros de altura, el monte Fuji no sólo es la cima más alta de Japón, sino también uno de sus iconos más populares. Patrimonio de la Humanidad desde 2013, hay un dicho popular que avisa de la importancia de ascender el volcán más famoso de Japón:

“El sabio sube al monte Fuji una vez en la vida; sólo el necio lo sube dos veces.”

Situado a unos 100 kilómetros al suroeste de Tokio, el monte Fuji es un impresionante cono volcánico visible en muchas ocasiones desde la capital. Su presencia cautiva sin que sepamos muy bien por qué, como demuestra que haya sido imagen central desde el periodo de Edo no sólo de multitud de pinturas, grabados ukiyo-e y esculturas sino también de poemas, escenas de literatura japonesa, películas o hasta canciones.

Dentro de unos días dará comienzo la temporada oficial de ascenso al monte Fuji que dura apenas dos meses y va desde comienzos de julio hasta comienzos de septiembre. Existen cuatro rutas para subir al monte Fuji, todas divididas en diez bases o estaciones, aunque la subida suele realizarse desde la quinta estación de cada una de las rutas, puesto que hasta ellas hay ruta asfaltada y es relativamente fácil llegar en coche o autobús.

La más popular de las cuatro rutas es la ruta Yoshida (la más cercana al lago Kawaguchi), seguida de la ruta Fujinomiya y en menor medida de las rutas Subashiri y Gotemba, que disponen de muchos menos alojamientos, tiendas y facilidades para los turistas y escaladores. En el 2015 subieron hasta la cima del monte Fuji 234.000 personas (*) por lo que algunos días los caminos de subida parecen más una romería, con largas filas de excursionistas, unos tras otros, que un ascenso íntimo y reflexivo.

Lo habitual es ascender de noche para llegar a la cima justo para disfrutar del amanecer, aunque se recomienda ascender por la tarde, descansar unas horas en alguna de las múltiples cabañas que encontramos especialmente entre la séptima y octava estación y proseguir de madrugada para ver salir el sol desde la cima. En la cima, además de santuarios sintoístas y hasta tiendas de recuerdos, hay una oficina de correos desde la que podemos mandar una postal que tendrá un matasellos único y muy especial.

Curioso, ¿no os parece?

(*) Fuente: Gobierno de Kanto
Imágenes de ‘La gran ola de Kanagawa’ de la serie 36 vistas del monte Fuji de Katsushika Hokusai y de tpsdave en Pixabay.

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