Hatsuhinode: el primer amanecer del año

Como os comentábamos en un anterior post, Año Nuevo es una de las festividades más importantes del calendario japonés, momento en el que los japoneses se reúnen con sus familias para dar la bienvenida al nuevo año.

Uno de los aspectos que más llama la atención de esta época es la celebración de todo aquello que se hace o sucede por primera vez en el año, como por ejemplo el hatsuhinode (初日の出) o el primer amanecer del año.

La tradición de disfrutar de ese primer amanecer es muy antigua y desde siempre se ha entendido como un deseo de renovación ante el nuevo año. En el pasado se celebraba según el calendario lunisolar, pero con la aceptación del calendario gregoriano en 1873 el hatsuhinode pasó a celebrarse el 1 de enero.

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El mejor lugar para celebrar el hatsuhinode suele ser a orillas de algún lago o del mar o desde la cima de alguna montaña. Por ejemplo, en Tokio, un lugar muy popular es ver amanecer desde las márgenes del río Sumida, entre Ryogoku y el puente Azuma en Asakusa. Desde aquí se puede ver la torre Skytree con el amanecer de fondo… ¡sin duda espectacular!

Cerca de Tokio, otros lugares populares para disfrutar del hatsuhinode son el monte Takao, el monte Tsukuba o la zona de Enoshima. Situada al lado de Kamakura, Enoshima es una perfecta excursión de día desde Tokio y desde sus costas podemos ver el amanecer con el monte Fuji de telón de fondo… ¡idílico!

Otros lugares interesantes son el monte Hakodate (Hokkaido), desde donde podemos disfrutar de una de las tres mejores vistas nocturnas de todo Japón y que por lo tanto ofrece un amanecer precioso; o la costa de Amaharashi(Toyama), desde donde podemos ver la cordillera de Takayama desde la orilla de la bahía de Toyama.

Desde las grandes ciudades, muchos miradores abren sus puertas en horario especial para permitir a los visitantes disfrutar del hatsuhinode desde sus instalaciones. Por ejemplo, la Torre de Tokio abre su clásico mirador a 150 metros antes del amanecer, al igual que los miradores del Gobierno Metropolitano de Tokio o el de la Torre Mori en Roppongi Hills. No obstante, en muchos casos hay que participar en una especie de sorteo para conseguir una de las preciadas entradas.

 

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