El Paso del Stelvio: un reto para el conductor

Paso del Stelvio

Viajar en coche es siempre una aventura, especialmente si visitas lugares por los que no has pasado nunca.  ¿Cómo será la carretera? ¿Será cómoda? ¿Será segura? ¿Será bonita? Ahora imagina que te vas de vacaciones a los Alpes italianos y te encuentras de pronto con las 48 curvas del Paso del Stelvio. Te quedas sin respiración y todas esas preguntas dejan de tener sentido: lo único que quieres es lanzarte a recorrer cada metro de su asfalto.

El tramo figura en muchas listas de carreteras especiales: las más bonitas, las más peligrosas, las más emocionantes… y quizá también te suene si eres aficionado al ciclismo, ya que es la etapa más dura del Giro de Italia. Situada a 2.757 metros sobre el nivel del mar, es el paso de montaña pavimentado más alto de los Alpes Orientales.

El paso del Stelvio se construyó entre 1820 y 1825 y, como puedes imaginar al ver las fotografías, no ha cambiado mucho desde entonces. Fue muy importante durante la Primera Guerra Mundial desde el punto de vista estratégico (está en territorio fronterizo entre Italia, Austria y Suiza), y fue testigo de terribles batallas en la nieve. Pero desde que pasó a formar parte de Italia tras la Guerra, su fama llegó (afortunadamente) por otra razón: sus 48 curvas.

Es sin duda un paisaje que vale la pena ver, aunque la carretera posiblemente no sea apta para los nervios de cualquier conductor. Si te mareas con solo verla, mejor pide que te lleven. Si, por el contrario, ya estás teniendo palpitaciones de emoción al imaginarte conduciendo por ellas, ¡toma el volante! La sensación será de esas difíciles de olvidar.

Vía | Historias del motor
Foto | Flickr

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