En el relato de hoy vamos a descubrir lugares y relatos llenos de energía y belleza. En Subaru estamos deseando recibir y compartir con vosotros los siguientes pasos de estos jóvenes expedicionarios de la Ruta Quetzal.
- Día 21:
Estamos en la playa de Huanchaco, hemos despertado con los “dulces cantares” de Jesús Luna, algo que se convierte en rutina, pero que extrañaremos luego de finalizada la ruta.
Hoy nos tocó un taller de caballitos de Totora, donde un pescador nos ha enseñado con todo detalle la fabricación de estas curiosas embarcaciones para luego ir al mar a montar en ellas, ¡una experiencia impresionante!, era como remontar a las antiguas civilizaciones y sus métodos.
Por la tarde visitamos Chan Chan, capital de la cultura Chimù, un lugar lleno de encanto y magia, donde cada elemento invita a recrearnos en aquel bello paisaje.
De noche se realizó una representación de una leyenda mochica que nos dejó con la boca abierta a todos y ¡a la cama! O mejor dicho al saco para reponer energías para el día siguiente.
- Día 22:
¡Cambio de campamento! Salimos my temprano y cuatro horas de autobús nos permitieron hacer más amigos. Nos dirigimos al museo de las Tumbas del Señor de Sipan, nuestro paraíso rutero. Hay comida riquísima, baños de lujo y mucha menos arena (que se sabía incomoda) que en la playa.
Después de la comida visitamos el museo de Sican, donde vimos las replicas de las tumbas y ruinas, un verdadero placer el poder disfrutar de este complejo que reúne tanta cultura en un solo lugar. Vimos también en el museo una representación de vestimenta de la época cuando un grupo de actores simularon un discurso del Señor Sipan.
Volvimos al campamento para cenar y recibir un discurso de bienvenida por parte del director del museo de Sipan y luego a dormir.
- Día 23:
¡Buenos días! Hoy tocan talleres de actividades prehispánicas, talleres como cerámica, agricultura entre otros, da gusto poder participar en ellos y conocer un poco más de estas culturas.
Después de comer, visitamos el museo de las tumbas del Señor de Sipàn, en el que nos hospedamos. Para nuestro gusto el más interesante y místico hasta ahora. Luego, después de un breve tiempo libre, disfrutamos de un documental sobre la cultura Moche, la cual ya hemos conocido a la perfección.
Durante la cena vimos el telerruta, durante el cual gritábamos y aplaudíamos cada vez que conocíamos una cara conocida, estuvo muy entretenido. Luego de esto nos presentaron una cantata, recibida con mucho entusiasmo y ganas, pues cantamos y bailamos con muchísimo gusto.
¡A dormir! Mañana pisaremos por fin la selva y después de más de 10 horas y, según nos han dicho “comenzará la gran aventura que todos estábamos esperando”.
