Un reto: usar el aire acondicionado y gastar menos

El aire acondicionado en el coche es algo sin lo que no podríamos vivir en verano. Llamémosle aire acondicionado, climatizador… el caso es que necesitamos algo que nos refresque en el habitáculo ante las temperaturas estivales, y más si no hemos podido encontrar aparcamiento en la sombra. Ya sabemos que podemos enfriar previamente nuestro coche con el truco más útil del mundo, pero luego ¿cómo usar el aire acondicionado sin gastar mucho más?

La pregunta no es por azar, existen estudios que demuestran cómo el uso del aire acondicionado aumenta sensiblemente el consumo de combustible, además de reducir la potencia disponible de manera inmediata (no demasiado, pero sí se nota). En concreto, podemos referenciar este estudio de Emission Analytics que nos dice cuánto se incrementa el consumo al usar el aire acondicionado en ciudad, o en carretera/autovía. Veamos:

El aire acondicionado aumenta el consumo medio de combustible

Podemos ver los resultados del estudio tras las observaciones y mediciones en 100 coches durante el verano, haciendo el experimento en condiciones similares con el aire conectado, y con él desconectado. A pesar de que se puede refinar el estudio, seguramente, en condiciones controladas, es interesante ver cómo los números salen por sí solos, y son significativos. ¿Os parece mucho, poco…?

Si nos fijamos en la tabla anterior, vemos que los consumos combinados crecen a partir del 3,8% de los coches de gasolina, hasta el 6,1% del híbrido de gasolina y, si tenemos en cuenta que los porcentajes pueden variar dependiendo de la conducción y de la potencia a la que programemos el climatizador o el aire acondicionado, nos podemos hacer una idea mejor. Por poner números, en un depósito de 50 litros, el 3,8% es 1,9 litros. Es decir, casi gastamos dos litros por depósito en mantener fresquito el coche.

¿Cómo usar mejor el aire acondicionado?

La mejor manera de usar el aire acondicionado es partiendo de un coche frío, o a temperatura ambiente. Es decir, partiendo de un coche aparcado en un garaje o parking, o a una buena sombra y que no está recalentado. Si no es posible, primero debemos enfriarlo bien. Una vez hecho esto, hay que valorar si necesitamos el aire acondicionado, o podemos circular con las ventanillas bajadas.

A menos de 50 km/h compensa, en consumo, circular con las ventanillas bajas. Es cierto que se genera más resistencia al aire (rompemos un poco la aerodinámica), pero el incremento de gasto en combustible es menor que con el aire conectado. Si en vez de a 50km/h estamos circulando a medias inferiores, como 25 o 30 km/h, tanto mejor, más ahorramos con las ventanillas bajas.

En autovía es al revés: gastamos mucho más con la ventana baja que con el aire conectado. Así que conectaremos el aparato, pero con cabeza. Es mejor conectarlo a una temperatura suave, a 23 o 24 grados con un correcto flujo de aire interno, que enfriar a base de programar 17 grados y el ventilador a tope. Primero, podemos resfriarnos; segundo, gastaremos bastante más de ese 4% de media en consumo combinado.

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