Subaru Forester BI-Fuel (2)

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 Es la hora de sentarse a los mandos del Forester BI-Fuel y comprobar varias cosas: si de verdad ahorra dinero, si es tan gratificante a la hora de acelerar como un coche de gasolina y si, por tanto, merece la pena pensar en él. Tras una semana a sus mandos, he comprobado que estas tres cuestiones tienen una respuesta afirmativa. Antes de nada, veamos como es este coche a primera vista.

Como si fuese una brasileña en Copacabana, una de las primeras cosas que llaman la atención del Forester BI-Fuel es su trasero. Si a un lado tiene un depósito convencional, a la derecha del conductor, al opuesto hay uno más para guardar el GLP. Para cargarlo ajustamos una pequeña manguera en el surtidor correspondiente y, al presionar un botón, el gas entra a presión. En nuestra unidad, “por si acaso”, no falta una gran pegatina que advierte de qué es lo que manejamos, aunque es imposible introducir una manguera convencional en el depósito de GLP.

En su interior sólo hay una diferencia más frente al Forester de gasolina: en la consola central, junto a la palanca de cambios, un discreto indicador nos informa sobre el nivel de carga del GLP, y si el coche lo está utilizando o se está moviendo con gasolina. Tan solo con pulsarlo podemos cambiar a voluntad el combustible con que vamos a movernos, gasolina o GLP, y cuando se acaba este último, el coche automáticamente utiliza el otro desde el depósito convencional. Así nunca nos quedaremos tirados: si no encontramos GLP, bienvenida sea la gasolina de cualquier gasolinera.

Sentado al volante recuerdo que el Subaru Forester, en su última generación, ha crecido en medidas para alcanzar los 4,5 metros de longitud. Sus nuevas formas se alejan del anterior aspecto de coche familiar capaz en todo tipo de terrenos para acercarse al de los SUV o todoterrenos ligeros. Destaca el espacio longitudinal que ofrece a sus ocupantes, su generoso maletero y unas puertas que se abren más de 75 grados facilitando mucho el acceso a unos asientos de por sí más altos que los de un turismo convencional, y que hacen falsa la femenina frase de que “es difícil salir de forma elegante de un coche”. No de un Forester.

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El sistema de alimentación permite que el coche funcione con gasolina si se acaba el gas de forma totalmente automática.

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