A principios de agosto se conocía la cifra: las autopistas de peaje se han vaciado un 30% como consecuencia de la crisis, con cada vez más conductores optando por carreteras secundarias o autovías para evitar pagar. Esta última opción, no obstante, podría acabarse pronto: la concesionarias de autopistas quieren poner peajes en todas las autovías de alta capacidad.
El objetivo de la Asociación de Concesionarias de Autopistas (ASETA) con la propuesta que ha enviado al Gobierno está claro: por un lado (esto es lo que proponen al Gobierno), ayudar al Ejecutivo a recaudar más impuestos. Por otro, paliar las pérdidas que están sufriendo por el vaciado de las autopistas de pago.
Y es que la cosa no va muy bien para algunas de estas vías: las autopistas de peaje Madrid-Toledo y la R-4 Madrid-Ocaña, por ejemplo, han solicitado entrar en concurso de acreedores debido a los problemas económicos por los que están pasando. Y no son las únicas: entre todas, suman una deuda de 2.165 millones de euros.
Con la solución propuesta por las concesionarias, aseguran que se podrían obtener beneficios de entre 1.800 y 3.500 millones de euros, con lo que podrían tapar su agujero y el Ejecutivo podría hacer frente a los costes de mantenimiento de la red .
La propuesta de la ASETA no ha tardado en despertar reacciones airadas por parte de las asociaciones de conductores, especialmente los de índole profesional. Así, por ejemplo, los camioneros ya han indicado que se trata de «una propuesta inadmisible e interesada» que «no ocasionaría ningún beneficio al conjunto de la economía española».
¿Qué opinas? ¿Crees que la imposición de peajes en las autovías podría ayudar o simplemente empeoraría las cosas?
