Waze es una aplicación que nació como un GPS colaborativo, por decirlo así, en el que podemos seguir rutas, actualizarlas con lo que en ellas suceda (por ejemplo, podemos anotar que se está produciendo un atasco en un punto concreto de una carretera), calcular las mejores rutas teniendo en cuenta diferentes factores, no solo la distancia recorrida… Al ser una aplicación que originariamente se basaba en una comunidad de usuarios, es posible encontrarnos en sus mapas con datos de precios del combustible, por ejemplo, lo cual tenía un gran valor añadido para el usuario final. Y por eso, seguro, la compró Google.
Aunque la cifra de compra no es lo más importante, se rumoreaba que rondaba los 1.000 millones de euros, una cantidad que nos da idea, de ser cierta, del interés que tiene para Google una aplicación con estas posibilidades. Google ya tiene Google Maps, que es una aplicación realmente suficiente para el uso normal de cualquiera de nosotros. Es decir, que para tener un navegador gratis nos basta con Maps, que de hecho nos «lee» la ruta sin problema alguno.
Lo que pasa es que Waze tiene una importante comunidad. Si Google la ha comprado es, posiblemente, para afianzar su liderazgo y para evitar que Facebook, que también estaba interesado en esa compra, dejase de enviarle tráfico a través de Maps. Bueno, pero lo importante es cómo funciona Waze:
En su blog, además, nos dan consejos muy útiles sobre cómo evitar el tráfico causado por los eventos especiales, como muchos habréis sufrido a raíz de la Vuelta Ciclista a España. Si quieres un navegador que tenga una comunidad detrás que, por ejemplo, consiga actualizar un mapa de tu zona con los cambios más inmediatos en el barrio, ese es Waze. Uno de los problemas de Google Maps, en mi opinión, es que no puede reaccionar a una calle cortada por una gran obra, por una manifestación o por algo similar, mientras que Waze sí que tiene esa habilidad.
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