El día de los niños o ‘Kodomo no hi’

El quinto día del quinto mes -es decir, el 5 de mayo– se celebra en Japón el día de los niños o Kodomo no hi (こどもの日), una fiesta nacional hoy en día que, sin embargo, no hace tanto era un día dedicado exclusivamente a los niños varones, puesto que las niñas tenían (y siguen teniendo) su día el 3 de marzo.

En 1948 el gobierno decidió dedicar el día a niños y niñas por igual, por lo que se cambió el nombre de esta celebración de tango no sekku al genérico Kodomo no hi (kodomo significa ‘niños’) y se hizo festivo nacional.

Durante los días previos al día de los niños es tradicional que las familias hagan volar carpas koinobori en sus casas y jardines. Estas banderolas en forma de carpa japonesa simbolizan la familia: la carpa mayor y tradicionalmente de color negro representa al padre; la siguiente, generalmente de color rojo, a la madre y las más pequeñas, a los hijos de la pareja. ¿Y por qué una carpa? La carpa es un símbolo de fortaleza, por lo que al hacerlas volar se busca que los niños crezcan fuertes y, por lo tanto, sanos.

Además de en las casas, podemos encontrar banderolas de carpas koinobori en parques y especialmente en las márgenes de algunos ríos, en honor a todos los niños y niñas del pueblo, creando una imagen preciosa y espectacular. Ejemplos perfectos los encontramos en las 1.200 banderolas koinobori colocadas sobre el río Sagami a su paso por Sagamihara (en la prefectura de Kanagawa) o las más de 5.000 sobre el río Tsuruuda en Tatebayashi (prefectura de Gunma) y dignas de un Récord Guinness. Pero quizá uno de los lugares más especiales para ver volar carpas koinobori sea en la ciudad de Higashi-Matsushima (prefectura de Miyagi) que fue fuertemente azotada por el Gran Terremoto del Este de Japón y posterior tsunami de 2011.

Desde el 5 de mayo de 2011, el joven Kento Ito, quien perdió a su hermano pequeño en el tsunami, hace volar carpas koinobori azules, las favoritas de su hermano. Esto no es sólo para recordarle, sino también para recordar y consolar las almas de todos los niños fallecidos en la tragedia. En 2011, apenas dos meses después del tsunami, Kento consiguió levantar 204 carpas koinobori azules. Hoy en día ya supera las 700 banderolas venidas de todo Japón con mensajes de ánimo y esperanza en su interior. Una manera preciosa para recordar y honrar a las víctimas y unir a los supervivientes después de la tragedia.

Finalmente, como recuerdo del día tango no sekku, las familias exponen en sus casas cascos kabuto de samurái, como símbolo de fortaleza y, por lo tanto, de salud y además comen mochi o pasteles de arroz envueltos en hojas de roble y de bambú, dos árboles extremadamente fuertes y resistentes.

Fotos de Aoi Koinobori Project

Etiquetas