Prueba Subaru XV. Parte 1: El nuevo Crossover

El Subaru XV es el nuevo Crossover de Subaru, un vehículo de 4,5 metros de longitud, muy polivalente, capaz de atreverse con paseos fuera de carretera pero sin perder el buen comportamiento sobre asfalto del modelo del que deriva, el Subaru Impreza.

Vamos a ver cómo se ha transformado este último para rivalizar con vehículos como los Nissan Qashqai o Volkswagen Tiguan y convertirse en una alternativa perfecta para aquellas personas que buscan un coche que les lleve a la nieve, o al campo, pero que a la vez sea totalmente racional en un uso diario urbano.

Subaru persevera así en un segmento que conoce bien, el de los crossover, que prácticamente inventó en 1997 con el Forester. Ahora que este último ha evolucionado hasta convertirse en un SUV, el XV ocupa su lugar: a medio camino entre los todoterreno y los turismos.

Cambios
Frente al Impreza, el XV presenta nueva parrilla frontal, defensas completamente rediseñadas, más aerodinámicas, y un buen surtido de protecciones que, unido a la mayor altura de la suspensión –22 mm–, le dan el aspecto de todoterreno y le preparan para asaltar zonas no asfaltadas. Eso sí, todos estos cambios son compatibles con un estilo cuidado y urbano desenfadado. A diferencia de la mayor parte de los turismos, y de buena parte de sus rivales SUV, cuenta de serie con tracción total.

Subaru XV - Interior

Por dentro, la sorpresa es mayúscula, pues el aspecto del interior ha mejorado enormemente gracias a la inclusión de un salpicadero con superficies de tacto blando, perfectas para los gustos europeos. Así, resulta incluso más vistoso que los Impreza de los que deriva.

Además, la mayor distancia entre ejes y la colocación más avanzada del pilar A –traduciendo: que el parabrisas ha avanzado 20 centímetros frente a los Impreza– permite que el espacio interior sea mayor, y destaca la amplia distancia para las piernas de los pasajeros traseros. En cuanto al maletero, su capacidad es de 380 litros, una buena cifra para su tamaño.

Motores
Tres son los disponibles, dos gasolina y un diésel. Los primeros son el 1.6 de 115 caballos de potencia y el 2.0 de 150, a los que se suma el diésel 2.0, también de 150 CV, que estrenó el Legacy. Todos ellos tienen arquitectura de cilindros opuestos, como Porsche, que ayuda a bajar el centro de gravedad del vehículo. En esta ocasión, hemos escogido este último para la prueba pues es el más esperado por el público.

El 2.0D cuenta con inyección directa y turbo, y podemos resumir sus prestaciones en una velocidad máxima de 198 km/h, un paso de cero a cien en 9,3 segundos, conjugados con un consumo medio de 5,6 litros de combustible cada cien kilómetros. Va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades, que como apuntábamos entrega la potencia a las cuatro ruedas de manera permanente.

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2 comentarios

    Es una pasada, lo he probado hace unos días (30 de Abril) y he quedado prendado. me encanta, el motor es una maravilla, lo probe offroad, y parece que sigues por carretera a 80km/h por un camino de tierra y como si nada.

    Lo tengo claro, en cuanto pueda me lo compro! … Enhorabuena a Subaru!

    Hugo :

    Espero que para el primer trimestre de 2014, hacerme con uno.

    Seguramente 1.6 Sport. Dudando entre Gasolina o BiFuel.

    ¡Magnífico Todocamino!

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