Quitamiedos tubulares para jubilar a los metálicos de toda la vida


Los quitamiedos actualmente instalados en las carreteras dan algunos disgustos de cuando en cuando por su propia forma. Esas cuchillas en las que se convierten los guardarraíles para los motoristas que tienen la desgracia de impactar contra ellos pueden quedar en el olvido si iniciativas como la que os comentamos van hacia adelante.

Los quitamiedos tubulares de la empresa BPC se presentaron en Salón Internacional de la Seguridad Vial y el Equipamiento para Carreteras, muestra que se celebró entre los pasados 27 y 30 de septiembre en IFEMA. Sus características principales los convierten en barreras amigables para motoristas y también para conductores de turismos. Su forma tubular, las formas romas en general y su flexibilidad son sus principales ventajas.


Quitando ese importante factor (que no sean estructuras agresivas en caso de impacto), creo que una de las posibilidades más interesantes es la de instalar tecnología de aviso en su interior. Se convertirían en una especie de registro pasivo de accidentes en cada punto de la red viaria, contribuyendo así a mejorar los mapas de siniestralidad, detección de puntos negros y muchas aplicaciones más.

Todas esas características nos dejan buen sabor de boca, pero nos falta todavía un dato: cuánto cuesta por kilómetro, y cuánto cuesta la sustitución de los actuales quitamiedos por estos nuevos. Por no añadir la pregunta de si es posible que ambas tecnologías convivan, es decir, intercalar poco a poco estos guardarraíles con los tradicionales. ¡Es de suponer que pronto lo sabremos! De momento nos quedamos con que parece una muy buena idea.

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