Llega el otoño y el mal tiempo: unos consejos de seguridad

Con la llegada del otoño volvemos a entrar en una época en la que heladas y cambios bruscos de temperatura están a la orden del día. Saber afrontar cualquier desplazamiento por carretera cuando el tiempo no acompaña es básico para no sufrir un percance.

Hemos hablado en otras ocasiones del hielo en la carretera (y en los parabrisas), así como de la lluvia y la niebla (y un artículo que, si no leíste, es el momento de repasar para saber cómo y cuándo se usan las luces antiniebla correctamente), o del peligro del aquaplanning y cómo evitarlo. Tampoco podemos obviar que nos podamos encontrar de forma inesperada con una placa de hielo.

Os ofrecemos unos cuantos consejos básicos; lo que debemos tener en cuenta a la hora de ponernos al volante en una fría mañana de otoño (que las hay), o de invierno:

  1. Seamos conscientes de la situación: hace frío, hay humedad, amanece… todo eso son ingredientes para el cóctel que nos ofrece una generosa placa de hielo en donde menos lo esperamos.
  2. En el caso de las placas de hielo, podemos esperarlas en sitios muy concretos: salidas de túneles o lugares sombríos, básicamente, aunque no son esos todos los lugares donde nos podemos encontrar hielo.
  3. Con mal tiempo debemos relajar nuestra forma de conducir: conducir de forma suave, sin movimientos bruscos, «notando» la dirección más que nunca por si detectamos que de repente el volante está más «suelto» de lo normal.
  4. Aumentaremos la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede, siempre. Esto es una práctica que nos evitará muchos sustos, porque con el firme mojado la distancia de frenado aumenta mucho.
  5. Utilizar el alumbrado de corto alcance, o las luces de conducción diurna van a aumentar las probabilidades de que otros conductores adviertan nuestra presencia, algo que se agradece.
  6. En caso de pisar de lleno una placa de hielo, no debemos ponernos nerviosos: aflojaremos un poco el pedal del acelerador, moveremos el volante con suavidad, no frenaremos bruscamente. Se trata de mantener la adherencia al máximo.
  7. Por regla general debemos adecuar nuestra velocidad a las condiciones de visibilidad, y a lo que nos indica el sentido común. Es mejor ser prudentes, aunque nos parezca que lo somos en exceso, antes de arriesgarnos a encontrar un obstáculo que no podremos evitar porque la distancia de frenado es menor que nuestro campo de visión.

En otoño y en invierno es fundamental realizar una revisión del coche. Si nos toca la revisión anual, perfecto, pero si no, conviene comprobar una serie de cosas, como por ejemplo que las escobillas limpiaparabrisas estén en buen estado tras el verano, comprobar los niveles de líquidos, verificar las presiones y comprobar también el estado de los neumáticos.

Sabemos que un neumático es legal si tiene al menos 1,6 mm de profundidad en el surco (algo marcado por los testigos), pero en condiciones de lluvia no conviene confiarse y es siempre mejor circular con más surco. También se puede valorar la alternativa de los neumáticos de invierno.

Lo que nos debe quedar claro es que la conducción en condiciones de tiempo adverso no es para tomársela a broma. Aumenta la distancia de frenado, disminuye el agarre y la visibilidad, y sabemos que en esas condiciones se forman atascos monumentales según sea el lugar en que nos fijemos. Por eso, ante todo, paciencia y prudencia.

Foto | Amanda Govaert

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Un comentario

    Recuerdo que cada cierto tiempo hay escuelas en circuitos y demás establecimientos para conducción en estas condiciones desfavorables.

    Parece una perogrullada pero ciertamente no lo es, por ello creo que cualquier advertencia que se haga a la ciudadanía es poca en estos casos.

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